

El contacto con el mar es muy variado, y va desde los acantilados de más de 30 metros a las playas arenosas. Los acantilados predominan en todas las islas. Los más grandes se encuentran en el macizo de Artá. Son dominantes en el norte de Menorca y en Ibiza. Se trata de una costa rectilínea y de difícil acceso. No obstante cuando los pliegues se disponen perpendiculares a la costa aparece un frente articulado, cuyo mejor ejemplo es la costa norte de Menorca. También encontramos playas de cantos rodados, en calas expuestas al oleaje y sin un barranco de importancia que proporcione arena. Este es el caso de las calas de Valldemosa, Calobra, y muchas de las playas de Ibiza. Suelen tener muy poca extensión. Las playas de arena se encuentran bien en regiones donde se acumulan arenas bien en las calas de las desembocaduras de barrancos importantes, que son los que les aportan las arenas.
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