miércoles, 27 de noviembre de 2013

Introducción

En este blog se exponen las características geográficas de las Islas Baleares. Las entradas que encontraran a continuación hacen referencia a las aguas, la vegetación, el clima, el relieve, las unidades morfoestructurales y el roquedo respectivamente. Esperemos que les ayude a conocer mejor este bello archipiélago y sus preciosos parajes. 

Ríos, lagos y embalses

En la actualidad en Baleares no existen cursos de agua permanentes; ríos propiamente dichos. Sus aguas corrientes son esporádicas y se encauzan a través de los uadi, aquí llamados torrentes (torrents). Dos son las causas de esta parquedad de las aguas corrientes, las pocas precipitaciones y un roquedo que favorece la infiltración. En realidad, las aguas subterráneas son mucho más abundantes que las subaéreas. Además, la presión antrópica sobre el agua ha hecho de ella un bien escaso, regulado y controlado, que impide el correr de las aguas. Cada isla tiene su propia organización hidrográfica, normalmente muy simple y consiste en el descenso rápido de los torrentes al mar.
Mallorca es la isla más grande y la que tiene una red hidrográfica más compleja. Podemos distinguir nueve cuencas diferentes: Pollensa, Alcudia (la más grande), Arta, Litoral sureste, Campos, Palma, Andraita, Sóller y Lluch. Las cuencas centrales (Alcudia, Campos y Palma) son las más grandes, pero también las más llanas y las que menos precipitaciones reciben. En el curso bajo de estos torrentes se forman algunas zonas pantanosas. Entre ellas destaca El Salobrar, en la cuenca de Campos, que, curiosamente, es la más seca. Los cursos de agua que más tiempo permanecen son los de las cuencas de Sóller y Lluch, pero tienen un carácter cárstico muy marcado, por lo que dependen del nivel freático. El mayor curso de agua mallorquín es el torrente de Muro que forma, en su desembocadura una marisma prácticamente colmatada.
Menorca es una isla muy llana por lo que los cursos de agua no son muy incisivos. Tiene dos partes claramente diferenciadas el norte o Tramontana y el sur o de Migjorn. Esta es la isla más lluviosa de Baleares, a pesar de que son escasas y, en general, sólo se presentan de octubre a noviembre; por lo que las cuencas hidrográficas son innumerables y muy pequeñas, lo que dificulta su persistencia a lo largo del año. El grueso del agua se obtiene de pozos, ya que la infiltración sí que es abundante. El mayor acuífero de la isla es el de Migjorn, que es el que atiende la mayor parte de las necesidades. En la parte norte se encuentra la laguna pantanosa de Fornells.
Ibiza es una isla pequeña de dominio calizo, por lo que los cursos de agua se infiltra rápidamente. Sólo uno de sus cursos lleva nombre del río, el río Santa Eulalia. Este es el curso de agua, de todas las Baleares, en le que las aguas superficiales más tiempo perduran, y ello se debe a que su alimentación es apreciable y a que atraviesa terrenos impermeables. Sin embargo, es también un río muy explotado. Las catas de agua de su cuenca han hecho descender el nivel freático alarmantemente. El Santa Eulalia parte Ibiza en dos, pues nace casi en la costa NO en la fuente de Buscatella, cerca de Corona, y va a desembocar a la costa oriental. Tiene un afluente el Labritja por lo que su cuenca abarca casi todo el tercio septentrional de la isla. Existen otros pequeños valles, como los que forman los puertos de Ibiza y San Antonio, y los de los torrentes de Argentera, Figueral, San Vicente, San Agustín y Aigua. En Ibiza abundan las salinas costeras.
Formentera es una isla pequeña en la que apenas se dibujan algunos cauces secos. Salvo en las grandes lluvias de otoño apenas tienen oportunidad de cargarse de agua en su totalidad. Son mucho más abundantes las aguas subterráneas y las fuentes, que son las que aprovecha la población.
Los ríos de Baleares tienen características de ríos mediterráneos con un fuerte estiaje en verano, un máximo en otoño, un máximo secundario en primavera y un mínimo secundario en invierno. Las fuertes lluvias de otoño suelen provocar el máximo del año, con episodios de crecidas fuertes y hasta catastróficas. Como las precipitaciones son en forma de lluvia su alimentación es pluvial, las escasas precipitaciones en forma de nieve de la Sierra de Tramontana no bastan para dar a los torrentes que en ella nacen un carácter nival.


La Vegetación de Baleares


Vegetación

La vegetación en Baleares está condicionada por la preeminencia de la caliza, su carácter insular y una intensa presión antrópica que se remonta a tiempos prehistóricos. En general predomina el bosque mediterráneo de encinas y alcornoques, que ocupa el piso basal. El piso montano, por su carácter calizo, permite el desarrollo de las mismas especies que en el piso basal, aunque en variedades más pequeñas, y degradadas en formaciones de maquia. Se trata de encinar baleárico. No existen otros pisos en Baleares. No obstante, se puede distinguir la vegetación de Menorca y Mallorca de la de Ibiza y Formentera. El carácter insular favorece los endemismos. Mallorca y Menorca tienen una mayor presencia de alcornoque, robles, acebuche y olivilla, en variedades endémicas. Ibiza y Formentera, predominan la coscoja y la olivilla, también en variedades endémicas. Como degradación de estas formaciones aparece el brezal o la garriga, de romero y brezo.
Existe, también, un bosque de pino blanco, mezclado con pino piñonero y sabinas. Se trata de un bosque autóctono, pero su extensión actual se debe a la acción del hombre.
Como en todo país mediterráneo son de importancia los bosques galería, asociados a los torrentes, y la vegetación costera. Aquí predominan los álamos, olmos y tamarindos, en buena medida introducidos por el hombre. En las áreas pantanosas aparece una importante vegetación halófila.

Espacios naturales protegidos:

Las Islas Baleares tienen cinco figuras de protección, muy pocas para la naturaleza de las islas: parques nacionales, parques naturales, parajes naturales, monumentos naturales y reservas naturales.